Hasta hace unos días Luz y Fuerza del Centro era un organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que genera, transmitía, transformaba, distribuía y comercializaba energía eléctrica a los hogares, comercios y empresas del Distrito Federal, municipios del Estado de México, Hidalgo, Morelos y Puebla, etc.
Entender el conflicto que derivó en la decisión del gobierno de decretar la desaparición de Luz y fuerza del Centro, merece un extenso análisis desde distintas aristas de un problema que no sólo encierra una “comprobada ineficiencia operativa y financiera”, y que representa un costo tan elevado que “ya no resulta conveniente para la economía nacional ni para el interés público”, de acuerdo con los considerandos expuestos en el decreto que dicta su extinción, el cual justifica que el organismo descentralizado ha recibido cuantiosas transferencias presupuestarias, según los expuesto por el gobierno para tomar tal decisión.
El conflicto del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), suponía el reconocimiento de la dirigencia sindical elegida en un proceso interno en el mes de junio, de donde resultó reelecto como secretario general Martín Esparza Flores, a quien se le negó la toma de nota (toma de funciones), desde la Secretaría del Trabajo a cargo de Javier Lozano Alarcón, lo que significa una intromisión del gobierno en asuntos de un sindicato que por su naturaleza jurídica cuenta con autonomía para tomar decisiones a su interior.
En este orden de ideas el Sindicato convocó a una movilización para exigir el reconocimiento de Esparza Flores como su dirigente y la defensa de Luz y fuerza del Centro como una empresa estatal.
En esta movilización masiva a la que acompañaron otros sindicatos importantes del país como el de la UNAM, UAM, Sindicato del Colegio de Bachilleres, de la industria nuclear, tranviarios, maestros y campesinos, y bueno hasta de los que ni existían como Sindicato de Gente Unida de Atenco, jaja; se llegó a una reunión con el secretario particular de Felipe Calderón, Luis Felipe Bravo Mena, en la que se escucharon las demandas de los electricistas y en el que sólo se señaló que se tendría una respuesta para esas demandas hasta el lunes 12 de octubre.
Sin embargo el día sábado 10 de octubre la Policía Federal Preventiva ingresó a las instalaciones de las oficinas de la Luz y Fuerza del Centro en un operativo enviado desde la Secretaría del Trabajo para tomar la operación de los servicios eléctricos, dando así una muestra de intolerancia y mostrando una falta de disposición al diálogo por parte del Gobierno Federal. De manera que no se termina con un conflicto interno de un sindicato autónomo, y se le da una solución desmesurada cuando se finge un diálogo en los Pinos.
Resulta por tanto urgente hacer una reflexión en cuanto al funcionamiento real de los sindicatos en general para que vuelvan a hacer su trabajo y que cumplan con los ideales con los que fueron creados, ya que también es real la embestida de una economía neoliberal que ha dejado de lado la preocupación del Gobierno por la ciudadanía y el bien común, como cometidos fundamentales de Estado.
el hobbit osorio
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